Sunday, February 22, 2009


Hoy como siempre fui a Cabildo a tomarme cualquier colectivo que me deje en la parada del subte Congreso. El día estaba hermoso. Un sol peronista prendía fuego el cielo.

Al llegar a la parada, vi dos tipos que aguardaban en el cordón de la vereda. Uno de traje y el otro vestido como para la tapa de la Weekend. Al afinar un poco la percepción, veo que este ultimo era no vidente. Le hizo unas preguntas al otro tipo que estaba ahí y cuando llegó el 152, los 3 nos subimos. Yo ultimo como corresponde, respetando el orden de llegada a la parada. Mientras hacia malabares para sacar las monedas del bolsillo y colocarlas en la maquina, pensando a su vez en el nuevo valor del boleto, comprobé que el ciego era un vendedor ambulante y ya se había parado en medio del pasillo para dar su discurso de venta. Un discurso muy prolijo, educado y sensible. Alegaba que él no era un vendedor, sino que era escritor, y venia a ofrecer su arte al publico presente. Mire alrededor y el colectivo estaba totalmente vacío. Solo el hombre de traje que había subido con nosotros al móvil, pero nadie mas. El vendedor, desplegó con total naturalidad su discurso, redactado en un holgado plural, que pretendía llegar a todos los sectores de la sociedad. Corto y claro, asi que antes que termine yo de sacar mi boleto, el tipo ya estaba caminando por el pasillo repartiendo una fotocopia con un poema de su autoría y en busca de la colaboración a cambio. Me apuré, lo pasé por un costado y le di unas monedas. El otro tipo de traje también se abalanzó sobre el y además de darle su colaboración, le avisó que el móvil estaba vacío. El ciego sonrío, agradeció y volvió hacia el frente del colectivo para bajarse en la parada mas cercana.

Lo vi descender con una sonrisa, pararse en la parada junto a otro hombre que esperaba ahí. Vi como le pidió ayuda para abordar el próximo colectivo. Yo esperaba que esté bien lleno, pero a él parecía darle lo mismo.

2 comments:

G. said...

Cuando el boleto del colectivo vale más que las monedas que uno introduce en la máquina al subir...

¡Qué bueno tenerlo de vuelta! Renovado, más sensible tal vez.
:D

Ya estoy acá para disfrutar los nuevos escritos.

Ceci said...

Seguro el pensó que había sido un viaje espléndido.
Lindo blog. Voy a volver.