Monday, February 26, 2007

PESCADOR PESCADO


Ya está listo, dice Valentina. Tengo todo preparado. Me pide que me suba rápido, y recién ahí suelta las amarras. Depende el día, remamos o prendemos el motor. En ambos casos disfrutamos del sol, de los pájaros y del nado de los peces que rodean nuestro bote.

Cuando llegamos al medio del lago, Valentina prepara el almuerzo. Generalmente comemos sanguches de “hamunguesa” y tomamos “Pecsi” o jugo. Cuando terminamos, preparo las cañas y empezamos a pescar y a competir a ver quien saca el pez más grande. Acusando un golpe de calor, Valentina propone siempre tirarse a nadar. Nos ponemos nuestros trajes de baño y las antiparras. Saltamos y comenzamos a bucear buscando peces y cangrejos. Todos íntimos, por supuesto.

El juego del pescador, era el juego más hermoso y barato que tenía Valentina, hasta que el otro día ocurrió lo inevitable. Siguiendo con la dinámica del juego, me propuso buscar a su amiga la Sirena. Generalmente me quedo esperando unos minutos hasta que ella se va del cuarto, se coloca su disfraz con cola de pez y regresa. Esta vez sacó de su bolsillo un celular de juguete, y mantuvo una charla de 4 minutos con la Sirena. Cuando cortó, me avisó que no podía venir. Estaba viendo tele.