Monday, January 08, 2007

...ME DAS CADA DÍA MÁS.

PASEN Y VEAN!


Poco a poco voy aprendiendo lo que significa ser anfitrión. Invitar amigos a la casa de tus viejos no es lo mismo que a la tuya. Sos local en serio. Esto significa no sólo que debes hacerte cargo de que el grupo esté en óptimas condiciones el tiempo que dure la reunión, sino que debes en cierto modo ser protagonista del asunto. Es tu espacio. Es la vereda del encargado. La moto del delivery boy. La silla del peluquero. El palo de la stripper. La carretilla del obrero. El volante del colectivero. Hay que hacerse cargo. Hay que pelar.

Hace poco adquirí un objeto que me ayuda en tan noble causa. Mi viejo resucitó un telescopio de la baulera y me lo trajo a casa. Es increíble como acapara la atención. Es una especie de co-conductor de las veladas. Me libera de la presión de tener que proponer algo divertido para hacer, por un buen rato. Me ayuda a relajarme un poco y que los invitados se mantengan en movimiento. Aún así no dejo que el artefacto se lleve todos los laureles. Necesita de mi para ser calibrado. Para ello realizo un procedimiento en el cual combino mis habilidades motrices con las visuales. Busco la luna, corrijo el foco, y la dejo lista para ser observada en cuestión de segundos.

Es más. Acomodo las reuniones según el pronóstico. Reservo las noches de luna llena para veladas importantes y me guardo los cielos negros para estar en soledad.