Pero esta iba a ser su gran oportunidad. La oportunidad de mostrarle al mundo que él era él. Meses de entrenamiento encubriendo la trama de un plan maquiavélico. La mañana del 8 de agosto, mientras caminaba rumbo al estadio “El Nido” de Beijing, estaba feliz, según aseguraron conocidos. Lo vieron caminando por la acera, mirando su reflejo en todas las vidrieras. Saludando de buen modo a personas que antes ignoraba.
-Me cago vieja. Vos mirá la tele que me vas a reconocer. Esa fue su última frase. Luego de la ceremonia lo encontraron tirado en las afueras de Peng Kui sin vida.
